miércoles, 29 de octubre de 2014

En pleno siglo XXI… ¿Aún culpas a la sociedad?

Hay que revisar quién realmente tiene el poder.

Sí, la sociedad es poderosa. Pero el ser humano es quien tiene el poder de hacerla funcionar.

El hombre nace rodeado de personas que influyen, directa o indirectamente, en sus vidas. Sin embargo, no es la sociedad quien lo determina como individuo.

Ella no es la responsable de lo que le suceda, como lo plantea Jean Genet en su obra “Las Criadas”. ¿La han leído?

Para Genet, la sociedad es la culpable de todo lo que le ocurre al individuo. Su conducta, actitud e ideologías son consecuencia del trato que se recibe por parte de esta.

Clara y Solange, las criadas, protagonistas de la pieza anteriormente mencionada, atribuyen su decisión de venganza a la sociedad, tras el intento de asesinato de quien creen su dueña: la Señora de la casa. Mas, ¿por qué? Porque se sienten ignoradas, maltratadas; pero esto es solo una ilusión para justificar su baja estima social.

El ser y hacer del individuo es consecuencia de sus propias decisiones.

Está bien, no se puede negar que la sociedad es un factor muy influyente en el ser humano por el simple hecho de desenvolverse ella. Sin embargo, es él quien tiene la decisión final. Desde el inicio de su existencia, el individuo ha tenido el derecho irrevocable de tomar decisiones propias. 

Y entiendo que en épocas pasadas era difícil tomar una decisión propia debido a las consecuencias que esta pudiera generar. Pero hoy estamos en pleno siglo XXI… ¿aún le echaremos la culpa  a la sociedad?

La voluntad de decidir no viene dada por el grado de educación que se tenga, el nivel socioeconómico al que se pertenezca, ni siquiera la determina los valores inculcados. 

La voluntad de tomar decisiones propias viene dada por dos factores: fortaleza y determinación. Y todos las tenemos, solo que hay muchos que aún no lo han descubierto.

Hoy cada individuo tiene el poder. Hoy no hay víctimas, ese papel ya desapareció de la obra de la vida. 

Entendamos: 
Las personas que dominan a los demás son fuertes, pero quien se domina a sí mismo es poderoso. 


martes, 28 de octubre de 2014

Tonadas del sueño

Descansa si estás cansado.
Descansa si estás cansada.
Cierren los ojos y duerman
mientras se despierta el alma.
Dejen que sus sueños vuelen
a ese mundo que, despierto, 
no irían ni caminando
hasta que callen sus miedos.
Mañana cuando amanezca,
justo al lado de sus almohadas
encontrarán par de alas
y un saco de polvo de hadas.
Vuelen ya, vuelen hoy.
Vayan... piensen con la cabeza
y actúen de corazón.

A mis hermanos, Leinner y Elianny.
Los amo.
Sábado, 9 de agosto de 2014.


lunes, 27 de octubre de 2014

A quien influye sobre mí: Coloquio bajo la palma.

El ser humano nunca es realmente auténtico.
A pesar del esfuerzo incansable de ser original, siempre habrá alguien que ejerza influencia sobre él.
Siempre habrá algo que le indique la pauta.
A esa persona que influye sobre mí, le dedico este poema de Andrés Eloy Blanco.
A esa persona, quien me lo enseñó desde pequeña para que con él marcara mi pauta. 
A continuación, Coloquio bajo la palma.

Lo que hay que ser es mejor,
y no decir que se es bueno,
ni que se es malo,
lo que hay que hacer es amar
lo libre en el ser humano,
lo que hay que hacer es saber,
alumbrarse ojos y manos
y corazón y cabeza,
y después ir alumbrando.

Lo que hay que hacer es dar más
sin decir lo que se ha dado,
lo que hay que dar es un modo
de no tener demasiado,
y un modo de que otros tengan
su modo de tener algo.

Trabajo es lo que hay que dar,
y su valor al trabajo.
Y al que trabaja en la fábrica.
Y al que trabaja en el campo.
Y al que trabaja en la mina.
Y al que trabaja en el barco.
Lo que hay que dar es todo,
luz y sangre, voz y manos,
y la paz y la alegría
que han de tener aquí abajo,
que para las de allá arriba
no hay que apurarse tanto,
si ha de ser disposición
de Dios para el hombre honrado
darle tierra al darlo a luz,
darle luz al enterrarlo.

Por eso quiero, hijo mío,
que te des a tus hermanos,
que para su bien pelees
y nunca te estés aislado;
bruto y amado del mundo
te prefiero a solo y sabio.

A Dios, que me dé tormentos,
a Dios que me dé quebrantos,
pero que no me dé un hijo
de corazón solitario.
 Andrés Eloy Blanco (1896-1955) 

Te amo Gema Soto, gracias por influir.

La batalla entre sentir y pensar

El hombre nace con una única tarea asignada: Sentir.
Lo demás es un agregado, útil o inútil, que a la larga se transforma en una carga pesada sobre nuestros hombros, sobre nuestros corazones.
Sentir. Solo eso. ¿Qué tan difícil puede ser?
Intento cerrar mis ojos a ver qué ocurre, pero es complicado sentir cuando lo primero que te exigen es pensar.
La batalla entre el intelecto y los sentimientos que se ha venido librando desde el inicio de los tiempos, ha generado un sinfín de reacciones en cada una de las civilizaciones que ha pisado la tierra.
Pero esto no se trata de civilización, se trata de individualidad.
El sentir del individuo y su forma de expresarlo.
Es tan difícil abrirse en un mundo donde a todo le ponen candado. 
Mas en la vida hay dos cosas ciertas:
Una: Todo candado tiene su llave.
Y dos: Si esta se cree perdida, siempre habrá un "mala conducta" dispuesto a forzar la cerradura.
Hoy mi candado está roto. Hoy me dispuse a sentir... y a expresar lo que siento.
¡Bienvenidos!