lunes, 27 de octubre de 2014

A quien influye sobre mí: Coloquio bajo la palma.

El ser humano nunca es realmente auténtico.
A pesar del esfuerzo incansable de ser original, siempre habrá alguien que ejerza influencia sobre él.
Siempre habrá algo que le indique la pauta.
A esa persona que influye sobre mí, le dedico este poema de Andrés Eloy Blanco.
A esa persona, quien me lo enseñó desde pequeña para que con él marcara mi pauta. 
A continuación, Coloquio bajo la palma.

Lo que hay que ser es mejor,
y no decir que se es bueno,
ni que se es malo,
lo que hay que hacer es amar
lo libre en el ser humano,
lo que hay que hacer es saber,
alumbrarse ojos y manos
y corazón y cabeza,
y después ir alumbrando.

Lo que hay que hacer es dar más
sin decir lo que se ha dado,
lo que hay que dar es un modo
de no tener demasiado,
y un modo de que otros tengan
su modo de tener algo.

Trabajo es lo que hay que dar,
y su valor al trabajo.
Y al que trabaja en la fábrica.
Y al que trabaja en el campo.
Y al que trabaja en la mina.
Y al que trabaja en el barco.
Lo que hay que dar es todo,
luz y sangre, voz y manos,
y la paz y la alegría
que han de tener aquí abajo,
que para las de allá arriba
no hay que apurarse tanto,
si ha de ser disposición
de Dios para el hombre honrado
darle tierra al darlo a luz,
darle luz al enterrarlo.

Por eso quiero, hijo mío,
que te des a tus hermanos,
que para su bien pelees
y nunca te estés aislado;
bruto y amado del mundo
te prefiero a solo y sabio.

A Dios, que me dé tormentos,
a Dios que me dé quebrantos,
pero que no me dé un hijo
de corazón solitario.
 Andrés Eloy Blanco (1896-1955) 

Te amo Gema Soto, gracias por influir.

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